Fecha de publicación: 14/10/2019

Las Buenas Prácticas de Manufactura (BPM) son el conjunto de medidas preventivas y prácticas generales de higiene en la manipulación, preparación, elaboración, envasado y almacenamiento de alimentos para el consumo humano que toda empresa debe de cumplir para brindar al público un producto seguro y de calidad.  Por esta razón, técnicos de la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (Arcsa) controlan la aplicación de estas prácticas en plantas procesadoras de alimentos de todo el país.

En Nobol, provincia del Guayas, Arcsa visitó una planta destinada a la elaboración de productos lácteos y derivados (Chivería), empresa que cuenta con la certificación BPM. Dentro de la infraestructura, se verificó el cumplimiento de la normativa vigente y del sistema FSSC 22 000, que es un esquema de certificación completa que año a año, según su seguridad alimentaria, se renueva para este tipo de industrias.

Este tipo de control toma dos días.  En el primero, los analistas encargados verifican todas las operaciones de fabricación, procesamiento, envasado, almacenamiento y distribución de los alimentos, según como lo manifiesta la Resolución 067 de Arcsa.  Toda esta actividad requiere un tiempo de 6 horas.

Al siguiente día, los técnicos se dedican a la comprobación de la documentación generada en el proceso, los cuales son: los métodos operativos y prácticas del personal, mantenimiento para la seguridad de los alimentos, prácticas de limpieza, programa de control de plagas y suficiencia de los programas. Esto, en un tiempo estimado de 4 horas.

Para garantizar que la ciudadanía consuma productos de calidad, Arcsa verifica la correcta aplicación de las BPM en la industria nacional e invita a los establecimientos a capacitarse para obtener la certificación.

Para que tú estés bien, hacemos las cosas bien.